viernes, 31 de enero de 2014

¿Las tareas para casa generan más desigualdades en el aula o ayudan a eliminarlas?

Ayer estuve en un cole explicando cómo realizo el diseño, desarrollo y evaluación de las actividades de aprendizaje dentro de mi práctica docente. Contándoles cómo estoy partiendo del diseño curricular para detectar los indicadores de logro, y de ahí los ítems de observación, los cuales están reunidos en la siguiente página.

En una de las partes de la sesión, he hecho referencia a la secuencia de aprendizaje que estoy llevando a cabo para trabajar con fichas de actividades a través de la siguiente presentación:



Cuando hice referencia a la fase en la que les pido a los alumnos que realicen algunas tareas para casa, un maestro presente en la charla me interrumpió para realizar la siguiente reflexión más o menos en estos términos "realmente las tareas para casa las realizan los alumnos buenos, es decir, aquellos que realmente no las necesitan, ¿No están dichas tareas ayudando a que haya mayores desigualdades en el aula?"

Me pareció una reflexión interesante, a la hora de responder proporcioné algunos porcentajes sobre el grado en el que mis alumnos realizan las tareas de casa, que estoy recogiendo estas últimas semanas en los grupos de 3º ESO y que comparto a continuación. Lo que aparece en cada tabla es la media de los porcentajes de las distintas tareas que se han pedido a cada uno de los grupos:

Llegados a este punto podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, es decir, por un parte observamos que efectivamente existe un alto porcentaje de alumnos que se sitúa en torno al 30% en el grupo 3 y al 50% en el grupo 1 y 2 que no realizan las tareas o la realizan de manera muy incompleta. 

Considero que estos porcentajes son demasiado elevados y que habría que estudiar la manera de disminuirlos, por ejemplo, espero que con el paso del tiempo el simple hecho de revisar y calificar las tareas al principio de la clase, así como asignarlas un peso aunque sea pequeño dentro de la calificación final del indicador ayudará a mejorar estos datos.

Por otra parte analizando el porcentaje de alumnos que sí realiza las tareas de una forma más o menos completa,  vemos que el porcentaje está entre el 30 y 40% de los estudiantes, siempre teniendo presente que tal vez haya algunos estudiantes que simplemente se han limitado a copiar las actividades a los compañeros, lo cual por ejemplo podría explicar el alto porcentaje que se obtiene en el grupo 2. De cualquier modo, en cada grupo hay una serie de alumnos que sí han reforzado sus conocimientos con el trabajo realizado en casa, y que por lo tanto están más cerca de alcanzar el objetivo de aprendizaje marcado.

Respondiendo a la pregunta de si el hecho de que haya alumnos que refuerzan sus aprendizajes en casa provoca mayores desequilibrios dentro del aula, la respuesta es que tal vez dependa de la metodología empleada dentro del aula, es decir, en mi opinión en un aula en el que el alumno trabaja de forma individual en sus ejercicios, el hecho de dedicarle tiempo a reforzar la materia en casa le permitirá seguir mejor el ritmo que el docente marca para así poder acumular nuevos conocimientos, mientras que el alumno que no realiza dicho refuerzo, si además se le unen otros condicionantes como puedan ser sus propias capacidades, idioma, motivación,....., es fácil que cada vez se quede más atrás. Lo cual puede conducir a una situación ciertamente insostenible dentro del aula.

Sin embargo, cuando la estrategia de trabajo que predomina en el aula es el aprendizaje cooperativo, el hecho de que haya una serie de estudiantes que sí han realizado un trabajo adicional en sus casas, que les permite estar más preparados a la hora de abordar los ejercicios que se están planteando dentro del aula constituye un arma muy valiosa para el docente, dichos alumnos se convierten en aliados del profesor dentro del aula ya que pueden colaborar con este a la hora de distribuir el conocimiento al resto de los compañeros dentro sus grupos, contribuyendo de esta manera precisamente a paliar las desigualdades en el aprendizaje.

Concluyendo, considero que el hecho de que los alumnos obtengan un mayor o menor grado de aprendizaje depende de muchos factores, desde aspectos que están lejos del poder de acción del docente como pueden ser el nivel socioeconómico de las familias, la propia capacidad intelectual del alumno,....., a otros como pueden ser la motivación, la distribución de los alumnos en el aula, los materiales didácticos con los que se trabaja,.... Dentro de estos factores la tarea que se pide para casa es una más, seguro que no es la más importante y podríamos entrar en un interesante debate sobre el peligro que conlleva el hecho de pedir un exceso de deberes a los niños y sobre qué tipo de tareas son realmente significativas y cuales deberíamos evitar, pero teniendo claro que el escenario principal del aprendizaje debe ser el aula y que hay que aprovechar en la medida de los posible dicho escenario para que el alumno trabaje y desarrolle sus capacidades, el trabajo complementario en casa puede contribuir a lograr el objetivo final, que nuestros alumnos considerados como "grupo-clase" aprendan juntos.

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